En un contexto de creciente tensión política y social, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, ha emitido fuertes críticas hacia el papa Francisco tras los recientes cuestionamientos del Sumo Pontífice al gobierno de Javier Milei.
Las declaraciones de Guillermo Francos han generado un amplio debate y reflejan las profundas divisiones que existen en el país respecto a la gestión gubernamental y el papel de la Iglesia en la política. El papa Francisco, conocido por su enfoque en la justicia social y su crítica a las políticas neoliberales, recientemente expresó su preocupación por las medidas adoptadas por el gobierno de Javier Milei.
En un evento conmemorativo por los diez años del primer encuentro de los Movimientos Populares en el Vaticano, el Papa criticó duramente el protocolo antipiquetes implementado por el gobierno argentino. Francisco afirmó que, en lugar de promover la justicia social, el gobierno había optado por utilizar gas pimienta para reprimir manifestaciones, lo que consideró una medida desproporcionada y contraria a los principios de justicia y equidad.
En respuesta a estas críticas, Guillermo Francos salió al cruce de las declaraciones del Papa, señalando que muchas de las posiciones del Sumo Pontífice parecían favorecer a gobiernos anteriores, particularmente durante las administraciones kirchneristas.
Francos destacó que el Papa mantiene diálogos con ciertos dirigentes sociales que, según él, han hecho un mal uso de los fondos públicos. Estas declaraciones fueron interpretadas como un intento de deslegitimar las críticas del Papa y de defender las políticas del actual gobierno.
El jefe de Gabinete expresó su respeto por el Papa Francisco, reconociendo su rol como líder de la Iglesia Católica y su sensibilidad social. Sin embargo, cuestionó la capacidad del Pontífice para opinar sobre cuestiones económicas complejas.
Postura
“Lo respeto, es la cabeza de la Iglesia Católica, un líder de una enorme sensibilidad social, pero de ahí a creer que sabe de economía es una cosa diferente”, afirmó Francos. Las declaraciones de Guillermo Francos han generado una amplia gama de reacciones en el ámbito político y social.
Algunos sectores han apoyado la postura del jefe de Gabinete, argumentando que el Papa debería centrarse en cuestiones espirituales y evitar involucrarse en debates políticos y económicos. Otros, sin embargo, han defendido el derecho del Papa a expresar su opinión sobre temas que afectan a la justicia social y el bienestar de los ciudadanos.