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miércoles, enero 1, 2025

Detrás de cámara: Shawn Levy y Jon M. Chu revelan los desafíos detrás de Deadpool y Wicked

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Chu y Levy destacan la importancia de narrar historias empáticas y esperanzadoras en un mundo necesitado de conexión

“Recuerdo haber pensado: ‘¡Está sucediendo. Todos mis sueños se están haciendo realidad!’. Luego te das cuenta de que no hay líneas rectas en estas carreras. Es un ir y venir constante que te lleva a lugares sorprendentes”, confiesa Shawn Levy, reflexionando sobre los comienzos de su carrera en Hollywood.

Jon M. Chu, director de la esperada adaptación de Wicked, coincide: “Todos queremos ser Elphaba. Queremos desatar nuestro poder y encontrar nuestra voz”.

Estos dos grandes nombres de Hollywood, Chu y Levy, se sentaron a conversar para reflexionar sobre sus trayectorias personales y profesionales para la revista Variety.

Desde sus primeros días llenos de dudas e inseguridades hasta dirigir algunas de las películas más esperadas de los últimos años, ambos comparten una visión optimista sobre el poder del cine en un mundo que necesita historias empáticas y esperanzadoras. “Hacer películas que inspiren deleite es una responsabilidad que tomo muy en serio”, afirma Chu.

Pese a sus impresionantes currículums, Levy, conocido por éxitos como Stranger Things y la reciente Deadpool & Wolverine, y Chu, quien sorprendió al mundo con Crazy Rich Asians, no esconden las dificultades detrás de su éxito.

“Las carreras no son líneas rectas”, reitera Levy, mientras ambos destacan cómo sus experiencias personales han moldeado las historias que cuentan en la pantalla.

El camino hacia el éxito para Chu y Levy estuvo marcado por inseguridades y desafíos personales que, lejos de ser un obstáculo, se convirtieron en una fuente de creatividad.

“Parte de mi inseguridad era que yo quería ser un director, no un director asiático”, confiesa Chu, quien ha hecho de la representación cultural un elemento central de su obra. Sin embargo, en sus inicios, esas etiquetas lo hicieron sentir fuera de lugar en un mundo que valoraba historias más oscuras y violentas.

“En la escuela de cine, era como que no eras artístico si no hablabas de sangre y vísceras, asesinatos y drogas. Pero yo amaba hacer películas alegres que te lleven a otro lugar y que tengan amor”, explica.

Chu aspiraba a ser director sin ser definido solo como asiático (REUTERS/Mario Anzuoni)

Levy, en cambio, enfrentó inseguridades que surgieron de una infancia difícil. “Crecí en un hogar de padres divorciados con una madre alcohólica. Era como: ‘Quiero construir la vida que deseo vivir’”, comparte. Ese deseo de superar sus circunstancias moldeó su visión como director, algo que se refleja en sus proyectos.

“En Stranger Things -sigue- se trata de un grupo de personas que dudan de su valía, que se encuentran entre sí y descubren superpoderes en la conexión con los demás. Mucho de lo que hago es aspiracional, es sobre alcanzar ese sueño“.

Para ambos, sus vivencias personales están intrínsecamente ligadas a las historias que cuentan. Chu encontró inspiración en el personaje de Elphaba en Wicked. Por su parte, Levy reflexiona sobre cómo sus películas son un reflejo de sus emociones:

“Cuando haces una película, inevitablemente hay una parte de ti que termina en el personaje o la historia”. Para ambos cineastas, las dudas no solo los impulsaron a crear, sino que les permitieron conectar emocionalmente con el público.

“Es en esos momentos en que te preguntas si eres suficiente, cuando surge la verdadera magia”, asegura Chu. Levy coincide: “Muchos de nuestros personajes luchan con las mismas cosas que nosotros: dudas, inseguridades, la sensación de no pertenecer. Pero eso es lo que los hace humanos”.

Para Levy y Chu, el cine es mucho más que entretenimiento; es una experiencia cultural que conecta profundamente con las audiencias. “Una gran película se convierte, si tienes suerte, en un recuerdo para toda la vida”, afirma Levy. Para Chu, el impacto del cine también radica en su capacidad para representar comunidades.

Crazy Rich Asians, según explica, le permitió conectar lo técnico con lo personal: “Pude tomar todas esas lecciones de comedia y trabajo de cámara y ponerlas en algo que era personal para mí. Cuando eso resulta bien, cambia la forma en que me veo a mí mismo y lo que tengo que decir”.

El cine tiene un impacto cultural único, dice Levy: “Permanece en la gente porque han tomado esa decisión de salir de casa, conseguir niñeras. Están ahí con la intención de conectar con esa historia” (REUTERS/Steve Marcus)

Levy, quien ha trabajado tanto en streaming como en cine, señala una diferencia importante entre ambos formatos: el cine tiene un impacto cultural único.

“Permanece en la gente porque han tomado esa decisión de salir de casa, conseguir niñeras. Están ahí con la intención de conectar con esa historia”, asegura.

Chu coincide, especialmente al hablar de Wicked: “Esta es nuestra oportunidad de mostrar por qué debería existir el cine. Era como, ‘Este es Oz’. Una de las paletas cinematográficas más icónicas en cuanto a color, forma y diseño, y tenemos la oportunidad de bailar en eso”.

El 2024 representa un momento decisivo para ambos, quienes lideran los proyectos más grandes y complejos de sus carreras. Chu tiene la tarea monumental de adaptar Wicked, el icónico musical de Broadway, mientras Levy incursiona en el Universo Cinematográfico de Marvel con Deadpool & Wolverine.

“La presión era proteger lo que ya amaba de Wicked, explica Chu, quien reconoció que el casting era clave para el éxito del proyecto. Finalmente, Cynthia Erivo y Ariana Grande asumieron los papeles principales, gracias a su experiencia y habilidad vocal. “La realidad es que esas canciones son muy difíciles. Se necesita a alguien profesional”, señala.

Cynthia Erivo y Ariana Grande asumen los papeles principales en «Wicked» (Foto, Universal Pictures vía AP)

Levy, por su parte, enfrentó un reto diferente con Deadpool & Wolverine. “La gente asumió que la presión sería ‘Oh, es mi primera película de Marvel’”, comenta.

Sin embargo, según él, el verdadero desafío estuvo en encontrar el tono adecuado. Cuando todo parecía estancado, Hugh Jackman sorprendió con una llamada que revitalizó el proyecto: “Tuve una epifanía. Quiero estar con Deadpool”. Levy describe la película como “una historia de redención y amistad en un viaje por carretera, al estilo de Midnight Run o 48 Hrs.”.

Ambos directores destacan las decisiones técnicas y narrativas que hicieron únicas a sus producciones. En Wicked, Chu optó por grabar las voces en vivo, lo que añadió autenticidad: “Es un 99% grabado en vivo en el set. Teníamos un pianista en vivo cada día”.

Levy, en tanto, equilibró el humor irreverente de Deadpool con límites claros, incluyendo bromas cuidadas como las alusiones al divorcio de Jackman. “Deadpool ofende por igual a todos, pero lo aclaramos con Hugh antes de lanzarlo frente al equipo y el mundo”, explica.

A pesar de sus diferencias de género, ambos proyectos comparten la ambición de contar historias humanas a gran escala, con Levy diciendo: “Estas películas son nuestras más grandes hasta la fecha en cuanto a complejidad, escala, expectativas, presupuesto”.

Levy enfrentó el reto de encontrar el tono adecuado para «Deadpool & Wolverine» (20th Century Studios/Marvel Studios vía AP)

Para ambos, el cine es mucho más que un medio de entretenimiento; es una herramienta poderosa para sembrar esperanza y conexión en un mundo donde el cinismo parece prevalecer.

“Ambos tenemos la suerte de contar historias que entretienen y, al mismo tiempo, brindan esperanza”, dice Levy, destacando la importancia de ofrecer algo más allá de la espectacularidad. Esta filosofía está en el corazón de sus proyectos más recientes.

Para Chu, Wicked es una metáfora de la lucha por pertenecer y encontrar valor en un mundo que rechaza a quienes son diferentes. En Deadpool & Wolverine, Levy busca un balance entre el humor irreverente de la franquicia y temas universales como la redención y la amistad.

Incluso en un universo caótico y absurdo, la relación entre los protagonistas recuerda que las historias más humanas pueden surgir de los lugares más inesperados.

En un momento donde el entretenimiento digital puede sentirse efímero, ambos directores apuestan por historias que toquen el corazón de las personas, los inspiren y los hagan sentir menos solos. “Queremos hacer películas que se queden en la gente”, concluye Levy.

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