El jueves el INDEC dio a conocer datos de empleo que exhiben cierta gravedad sobre lo que ocurre en el mundo del trabajo: se observó un crecimiento, aunque leve, de la desocupación; pero el fenómeno sobresaliente es que crecen la informalidad laboral y el cuentapropismo.
En relación a la desocupación, se observó que trepó al 7,9% durante el primer trimestre de 2025. De este modo, se registró una suba de 1,5 puntos porcentuales respecto al trimestre anterior (cuarto trimestre de 2024) y un incremento de 0,2 puntos porcentuales en comparación con igual trimestre de 2024.
La tasa de desocupación alcanzó su nivel más alto desde el año 2021 y proyectada al país implica que existen alrededor de 1.800.000 desocupados. En comparación con 2023, se destruyeron unos 250.000 puestos de trabajo.
Otro dato a destacar es que la tasa de desocupación es mucho más alta entre jóvenes, en particular entre las mujeres jóvenes: entre quienes tienen de 14 a 29 años, la desocupación femenina subió desde el 17,3% al 19,2% y la de los varones desde el 14,1% al 15,1%, siempre durante el primer trimestre.
El aumento de la desocupación presenta una paradoja aparente: la desocupación aumenta en el primer trimestre del año que fue un período de recuperación de la economía en relación al desastroso primer trimestre de 2024. Pero la paradoja es aparente porque el “modelo” de Javier Milei se apoya en el sector financiero y en actividades extractivistas que, aún con crecimiento económico, no impulsan la creación de empleo, sino todo lo contrario.
No obstante, este no es el fenómeno más destacado que se desprende de los datos del INDEC, sino algo más preocupante. Varios especialistas en temas de empleo destacaron un deterioro general del mercado laboral, que combina un aumento de la informalidad laboral y un alza del empleo por cuenta propia.
El economista Juan Graña señaló que “el mercado laboral de 2025 está igual de mal que el de pleno ajuste de la devaluación de 2024, descontrol de precios, etc. No es una buena imagen”.
Por otro lado, Luis Campos, investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA – Autónoma, indicó que el aumento de la desocupación no es significativo, no obstante destacó que “Lo importante es el cambio dentro de la ocupación: crecieron fuerte el cuentapropismo (del 21,9% al 23,5%) y los asalariados no registrados (del 35,7% al 36,3%)”.
Cuando se consideran todos los ocupados, no solo los asalariados, sino también a quienes trabajan por cuenta propia, la informalidad trepa al 42%.
El aumento del trabajo por cuenta propia y de la informalidad no son fenómenos nuevos ni pasajeros. Son parte del paisaje habitual hace años. La novedad es que el Gobierno de Javier Milei promueve activamente estas formas laborales, como cuando Lilia Lemoine contó la anécdota de su amigo arquitecto que manejaba Uber.
Es un “modelo” de trabajar hasta agotar las capacidades físicas y mentales sin derecho a nada. Es un “modelo” de libertad esclava.