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jueves, junio 26, 2025

Wall Street recomienda resolver de manera urgente un problema con el dólar en Argentina

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La difusión este miércoles de los datos de balanza de pagos, que confirman una aceleración en la salida de divisas, se produjo en paralelo a las críticas que empiezan a acumularse desde Wall Street.

Es que desde la bolsa estadounidense se advierte que el país no debería repetir los errores del pasado, ya sea con la Plata Dulce de la tablita de Martínez de Hoz —una suerte de antesala al carry trade—, o la tozuda defensa, en la segunda mitad de los 90, de una convertibilidad que terminó dejando un tendal de desocupados, al no advertirse que el mundo empezaba cambiar, primero con el Efecto Tequila a fines de 1994 y, luego, con la devaluación del real brasileño en 1999.

Wall Street advierte a Luis Caputo: ¿su plan necesita un service?

Los principales bancos y calificadoras de Estados Unidos llamaron la atención sobre el fenómeno de «monedas fuertes» que se está produciendo en distintos países latinoamericanos, sin que haya muchos fundamentos para esa tendencia.

Para analistas del JPMorgan Private Bank, la apreciación cambiaria es «un reflejo de la debilidad del dólar, y no una fortaleza de las monedas locales» en América Latina.

Sostienen que no hay razones para que este año las monedas cierren con los niveles que se han dado durante el primer semestre.

En la misma línea, la calificadora Moody’s advirtió que la apreciación del tipo de cambio tiene un impacto «negativo» en las empresas, por mayores costos en dólares y la caída de precios internacionales.

«La apreciación cambiaria derivó en un incremento de los costos operativos en moneda local, con un impacto negativo en la rentabilidad de las compañías que presentan una porción considerable de sus costos en pesos, y cuyos flujos de fondos están denominados principalmente en dólares», dijo esa agencia de rating.

Los datos del déficit en la balanza de pagos se conocieron en una jornada en la que la demanda de dólares dio un salto, e hizo subir $17 la cotización del spot mayorista, hasta los $1.191,50.

En la city porteña se comentaban los datos difundidos por el INDEC correspondientes al primer trimestre del año, que confirmaron un déficit en la balanza de pagos que se habría agudizado entre abril y junio. Salen muchos más dólares de los que entran.

En ese reporte, se indicó que el turismo al exterior subió casi 46% en mayo, y a su vez cayó 14% el ingreso de visitantes del extranjero. Si se suman linealmente los porcentajes, el saldo negativo sería del 60%.

Este comportamiento explica en parte la salida sostenida de dólares, que el Gobierno viene intentando financiar con endeudamiento, de la mano del expertise de la dupla Luis Caputo-Pablo Quirno.

La cuenta corriente de la balanza de pagos —uno de los datos malditos de la historia económica argentina— arrojó su primer desequilibrio en lo que va del gobierno de Milei, luego de irse deteriorando en forma paulatina.

La balanza refleja la entrada y salida de dólares de la economía por comercio exterior de bienes, turismo y pagos de intereses de la deuda.

El déficit fue de u$s5.191 millones en el primer trimestre, en especial por la cuenta servicios, que tuvo un rojo de u$s4.502 millones (turismo, courier y streaming, entre otros).

Algunos analistas, como los de Cohen Aliados Financieros, señalaron que estos números constituyen «escenas de atraso cambiario explícito».

Y remarcaron que, en el primer trimestre del año, el déficit de la cuenta de servicios fue casi tan alto como el de todo 2023.

Uno de los factores claves que explicaron esos datos fue el turismo, que generó una salida de divisas de u$s3.464 millones en el primer trimestre.

Hubo coincidencia que la salida de dólares por viajes mostró un nivel récord. Pero más parece preocupar que el Gobierno no dé señales de estar advirtiendo el problema. O al menos disimula su preocupación.

Incluso, Milei dijo semanas atrás que no se podía negar el derecho de los argentinos a viajar, lo cual indicaría que el Gobierno poco y nada prevé hacer para frenar esta tendencia. 

Para el director de Planificación Productiva de Fundar, Daniel Schteingart, esta tendencia no puede ser sostenible. Y alertó sobre un punto clave: el superávit en bienes no compensa la disparada del déficit en servicios. La razón hay que encontrarla, en buena medida, en la explosión del turismo emisivo.

La presencia de miles de hinchas argentinos en el Mundial de Clubes le pone un manto colorido a un problema que parece ser cada vez más serio: a Caputo se le agotan los dólares, claves, por ejemplo, para afrontar el pago de importaciones.

«Y eso que el INDEC aún no contó los dólares que se están dejando los argentinos en Miami por el Mundial de Clubes. No quiero pensar lo que puede ocurrir si Lionel Messi llega a la final», ironizó un economista que no le pierde pisada a estos datos, y tampoco al fútbol, y que suele publicar sus reflexiones en distintos medios.

Además, el experto llama la atención sobre lo que representa un desequilibrio creciente en la balanza de pagos: «Estás aumentando el endeudamiento con el resto del mundo», asegura.

A su vez, Moody’s alertó sobre una elevada volatilidad en el precio de los commodities, como la soja y el petróleo, lo cual presiona sobre la rentabilidad del sector agropecuario y de extracción de hidrocarburos, agravada por el dólar barato. Si a eso se le suma atraso cambiario, la ecuación no cierra, le faltó agregar.

En ese sentido, Moody’s advirtió que «el sector de producción de hidrocarburos convencional y el industrial ven erosionados sus niveles de rentabilidad por la apreciación cambiaria y el mayor grado de apertura de la economía».

La estrategia de endeudamiento que implementa el ministro Caputo genera cuestionamientos entre los especialistas. Tal vez el más fuerte, entre los economistas que no pueden ser tildados de kirchneristas o peronistas, lo hizo Juan Carlos de Pablo: «A los argentinos no les podés decir que hagan esfuerzo fiscal solo para pagar intereses de deuda», advirtió.

A este escenario se suma el deterioro de la balanza comercial, por el fuerte salto en importaciones.

Un renombrado economista de la UBA suma otro dato: en el segundo trimestre el déficit de cuenta corriente se habría profundizado. La razón: las importaciones van cada vez más rápido por el ascensor, mientras las exportaciones apenas arrastran los pies por la escalera.

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