Día a día las familias hacen malabares para llegar a fin de mes, se buscan ofertas, descuentos, se tarjetea la comida. Los salarios no alcanzan y las paritarias siguen bajo la bota del ministro de Economía, Luis Caputo. Mientras tanto hay un sector que hace negocios gracias a la bicicleta financiera que montó el ministro. Esa “paritaria” superó el 1%. Uno de los ganadores fue el banco J.P. Morgan (exempleador de Caputo y del presidente del Banco Central Bausili) que aprovechó el carry trade que rindió 10,4% en dólares y le permitió embolsar jugosas ganancias. El banco salió a tiempo de las inversiones en pesos y evitó el salto del dólar.
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¿Qué es el “carry trade”? Es una operación financiera que consiste en vender dólares, tomar los pesos obtenidos y colocarlos en una inversión que puede ser un fondo común de inversión o comprar otros instrumentos financieros en pesos, como la deuda que emite el Estado, para obtener una ganancia con la tasa de interés. Después de obtener esa ganancia, se vuelven a comprar dólares, obteniendo una ganancia muy importante, medida en dólares, que no se consigue en ningún lugar del mundo. La clave de esta operación financiera es que el dólar se mantenga estable, para que, al terminar el ciclo de la operación, se puedan obtener más dólares que al comienzo. Tiene un riesgo: sí, que la cotización del dólar aumente y las ganancias esperadas no se realicen.
En abril de 2025, el banco sugirió aprovechar el diferencial de tasas en pesos: LECAPs (son títulos de deuda de corto plazo emitidos por el Estado Nacional) en combinación con posiciones en dólar contado con liquidación (CCL). El J.P. Morgan recomendó invertir en LECAP, que ofrecía un rendimiento atractivo, con vencimiento el 15 de agosto de este año, es decir antes de las elecciones legislativas de octubre.
Luego el banco recomendó en su informe publicado el 27 de junio pasado, que era tiempo de terminar de apostar al peso y había que pasarse a dólares, hasta que las tensiones cambiarias, financieras y políticas del país se despejaran. En ese momento, la LECAP cotizaba a $139,80 y el CCL estaba en $1.206. Eso significó un aumento de +10,4% en pesos respecto del valor de ingreso, y un rendimiento neto en dólares del 7,8% considerando costos de transacción. Después de la recomendación del J.P. Morgan el dólar contado con liquidación comenzó a aumentar de manera sostenida. Otra vez el banco la vio: vio la oportunidad de hacer negocios (otra vez).
Una historia de fuga
No es la primera vez que J.P. Morgan lucra con el país. Fue la misma entidad que impulsó una corrida cambiaria, en abril de 2018, contra el gobierno de Macri. Antes de eso el banco se benefició de la emisión del bono a cien años que realizó el exministro de Finanzas, Luis Caputo (por aquel entonces macrista). En dicha corrida J.P. Morgan retiró unos 800 millones de dólares de la Argentina provocando una fuerte caída de las reservas del Banco Central y una devaluación del peso argentino.
Hernán Arbizu, ex vicepresidente del banco de inversión JP Morgan, fue expulsado del banco y luego en carácter de “arrepentido” develó la existencia de una banca paralela de J.P. Morgan para facilitar que la elite argentina saque sus dólares al exterior: reveló que, entre 2006 y 2008, quinientos clientes sacaron del país 400 millones de dólares. No es algo exclusivo de este banco: otro tanto hacen el HSBC y otros bancos internacionales.
El libro Morgan Papers, confesiones de un empleado infiel, escrito por Ignacio Chausis y Leandro Renou, describe las aventuras del banco en nuestro país. Entre los más “notables” beneficiarios de esas maniobras que favorecían la evasión de impuestos y fuga de capitales figuran la fallecida Ernestina Herrera de Noble y el Grupo Clarín, Eduardo Constantini, la familia Blaquier, Edenor, Nordelta, Petrobras Argentina y Autopistas del Sol. Un saqueo de los dueños del país.
En estos episodios de corridas cambiarias, devaluación, fuga y endeudamiento los que pagan los costos (ajuste, inflación y más pobreza) son los trabajadores y los sectores populares. Mientras tanto J.P. Morgan y los bancos ganaron.
El banco participó en todos los negocios posibles, incluso en la colocación de deuda durante la gestión de Cristina Fernández y, obviamente, en el arreglo con los fondos buitre que realizó el gobierno de Macri. Además, J.P. Morgan es quien elabora el famoso índice de riesgo país que indica si los gobiernos hacen bien o mal las cosas.
El sistema bancario y financiero actúa como el principal instrumento de la fuga y de las maniobras devaluatorias. La nacionalización de los bancos bajo gestión de los trabajadores permitiría anular los vehículos de la fuga de capitales, proteger los depósitos particulares de los pequeños y medianos ahorristas, y que el ahorro nacional se destine a crear créditos baratos para acceder a la vivienda, a microemprendimientos o para los pequeños comerciantes golpeados por la crisis.
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