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Arqueólogos en Egipto descubrieron una tumba de 4400 años -perteneciente a un príncipe- y en su interior hallaron una sorprendente “puerta falsa” de granito rosa, que se cree permitía al espíritu del difunto “entrar y salir” de la tumba. Esta “puerta al más allá”, como catalogaron coloquialmente a esta estructura, puede revelar nuevos secretos en esa área arqueológica.
La tumba en cuestión se le atribuye al príncipe Userefre, hijo del faraón Userkaf, quien gobernó Egipto aproximadamente entre 2465 y 2458 a.C., durante la Quinta Dinastía. Esta puerta falsa recientemente descubierta, según informó el Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto, tiene inscripciones que identifican al príncipe como “príncipe heredero”, además de “juez”, “ministro”, “gobernador de dos regiones” y “sacerdote cantor”.
A pesar de sus numerosos títulos, tanto el príncipe como su tumba eran completamente desconocidos para los investigadores. “Antes de este descubrimiento, ni siquiera sabíamos que existía”, dijo Ronald Leprohon, profesor emérito de Egiptología en la Universidad de Toronto, al medio especializado The Archaeologist.
La puerta, de unos 4,5 metros de alto por 1,2 metros de ancho, está tallada en granito rosa, un material raro para esa época, lo que revela que se trataba de un lugar prestigioso.
En el Antiguo Egipto, las puertas falsas eran un elemento común en las tumbas. Según el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York, se creía que funcionaban como portales espirituales, permitiendo que el alma del difunto viajara entre el mundo de los vivos y el más allá.
Los expertos afirmaron que el tamaño y el material de la puerta reflejan el elevado estatus del príncipe. El granito rosa y rojo debía extraerse y transportarse desde Asuán —a unos 644 kilómetros al sur— y normalmente se reservaba para la realeza y las élites de esa antigua civilización.
Cerca de la puerta, los arqueólogos también encontraron una mesa de ofrendas hecha de granito rojo. Leprohon explicó que, en las prácticas funerarias egipcias, se colocaban alimentos sobre estas mesas para que el difunto pudiera “consumirlos mágicamente”. En la práctica, la comida solía ser consumida por los sacerdotes de la tumba o por la familia del fallecido durante rituales conmemorativos.
Curiosamente, la tumba parece haber sido reutilizada siglos más tarde, durante la Dinastía 26 de Egipto (alrededor del 688 al 525 a.C.). En ese período, se colocó dentro de la tumba una estatua que representa al rey Djoser, junto con su esposa e hijos. Djoser, quien gobernó durante la Tercera Dinastía (aproximadamente entre 2649 y 2575 a.C.), es conocido por haber construido la primera pirámide de Egipto: la famosa Pirámide Escalonada de Saqqara.
El análisis de la estatua sugirió que originalmente pudo haber estado en ese mismo complejo piramidal o cerca de él. Por qué fue trasladada posteriormente a la tumba del príncipe Userefre sigue siendo un misterio para los científicos. Hasta el momento, los arqueólogos aún no lograron ubicar la cámara funeraria real del príncipe Userefre. Las excavaciones en el sitio continúan, con la esperanza de descubrir más sobre la vida de este príncipe olvidado por la historia de la grandiosa civilización de Egipto.