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viernes, agosto 22, 2025

Dólares: crece el endeudamiento

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Los préstamos en dólares crecieron 344 por ciento entre noviembre de 2023 y julio de 2025, mientras que los depósitos lo hicieron un 109 por ciento en el mismo período. La dinámica provocó que la relación entre préstamos y depósitos saltara del 22 al 48 por ciento, según publicó el Banco Central. El dato expone un descalce creciente en el sistema financiero: el crédito en moneda extranjera se expande muy por encima de la capacidad de respaldo en depósitos.

La brecha no se explica únicamente por la expansión general de los préstamos. Algunas líneas crecieron muy por encima del promedio y muestran el perfil de los sectores más expuestos. Los adelantos en cuenta corriente se incrementaron 1.713 por ciento en menos de dos años, mientras que los préstamos con garantía de documentos lo hicieron un 430 por ciento. Se trata de las modalidades a las que las empresas acceden con mayor rapidez para financiar capital de trabajo o cubrir necesidades de liquidez inmediata.

Recientemente, el Ministerio de Economía impulsó medidas para flexibilizar el acceso a este tipo de financiamiento. La decisión del titular de la cartera, Luis Caputo, buscó dar aire a las compañías en un contexto de tasas en pesos muy elevadas, pero al mismo tiempo abrió un posible frente de riesgo. 

Riesgo de descalce

El descalce entre depósitos y préstamos en dólares recuerda a la dinámica que terminó erosionando la convertibilidad. La preocupación no es menor: de continuar esta tendencia el aumento en los créditos en moneda extranjera puede superar con creces la capacidad de fondeo en depósitos que tiene el sistema bancario.

La Fundación Capital —que preside el ex titular del Banco Central, Martín Redrado— ya había advertido sobre la  situación en diciembre del año pasado cuando planteó que la expansión del crédito en divisas podría transformarse en un problema mayor si se extiende hacia sectores que no cuentan con ingresos genuinos en dólares. El informe sostiene que permitir préstamos a actores sin capacidad de generar divisas, como los exportadores, agrava el riesgo sistémico y puede debilitar la solidez del sistema. 

El descalce entre activos y pasivos en moneda extranjera suele pasar inadvertido en etapas de calma cambiaria, pero se convierte en un factor explosivo en contextos de inestabilidad, tal como pasó en la crisis que se llevo puesta la convertibilidad.

La llamada de atención cobra fuerza si se observa que en los últimos meses se multiplicaron las operaciones de bancos que no se financian únicamente con depósitos en dólares. Parte de esos recursos provienen de emisiones de obligaciones negociables u otras fuentes del mercado financiero, lo que suma complejidad a la sostenibilidad del esquema.

En un contexto en el que el ahorro en dólares no necesariamente se canaliza hacia el sistema financiero, la dinámica se vuelve más compleja. Si bien la formación de activos externos por parte de los privados creció, ese flujo no tuvo un correlato equivalente en los depósitos bancarios. La preferencia por mantener el billete físico o girarlo al exterior limita la capacidad de fondeo de las entidades locales.

Desde el sistema financiero explican que el fenómeno responde más a una combinación de tasas distorsionadas y expectativas cambiarias que a una estrategia de desarrollo. “La relación entre préstamos y depósitos en dólares viene creciendo fuertemente a pesar del blanqueo del año pasado”, reconoció un gerente del área comercial de un importante banco nacional. Según detalló, la mayor demanda se concentra en el sector agropecuario exportador, que busca financiamiento en dólares porque las tasas en pesos resultan demasiado volátiles y, en términos reales, excesivamente altas.

El directivo explicó que cuando el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), que publica el Banco Central, estima una inflación cercana al 20 por ciento, la tasa en pesos de los distintos instrumentos financieros se ubica muy por encima de ese nivel. Esa diferencia, sumada a la percepción de que la devaluación puede ser menos volátil, lleva a las empresas a volcarse al endeudamiento en moneda extranjera. “En este banco solo prestamos a exportadores, es decir, a generadores de dólares”, aclaró.

Sin embargo, subrayó que no todos los jugadores se manejan bajo la misma lógica. El Banco Central habilitó a principio de este año a que otras entidades financieras extiendan préstamos a sectores que no generan divisas, sea a personas jurídicas e incluso a personas físicas. En esos casos, los créditos se fondean con dólares que provienen de fuera de los depósitos tradicionales, como las obligaciones negociables.

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