El juez federal Julián Ercolini imputó este miércoles al juez Manuel De Campos y a la ex fiscal Viviana Fein por el desastre en la escena del crimen tras el hallazgo del cuerpo del fiscal Alberto Nisman, a quien encontraron con un tiro en la cabeza en el baño de su departamento de Puerto Madero.
Eso ocurrió en la noche del domingo 18 de enero de 2015. Cuatro días antes, el fiscal Nisman había denunciado a la presidenta Cristina Kirchner por encubrir a los autores del atentado a la AMIA (1994, 85 muertos).
Las imputaciones habían sido pedidas por el fiscal Eduardo Taiano, cuya investigación considera que las pruebas que se borraron en el mismo momento en que debían recogerse y aislarse fueron determinantes para dificultar el esclarecimiento del caso.
Tal como reveló Clarín, por la escena del crimen -un departamento de tres ambientes y dos baños ubicado en el piso 13 de una de las torres Le Parc- pasaron 88 personas en menos de 10 horas.
Por la misma situación ya habían sido imputados el ex secretario de Seguridad Sergio Berni, su colaborador Darío Ruiz y los ex jefes de la Policía Federal, Román Di Santo, y de Prefectura, Luis Heiler.
Según el pedido de imputación de Taiano, aquel procedimiento en el departamento de Nisman “estuvo plagado de graves y evidentes irregularidades que fueron cometidas, y en algunos casos consentidas, por funcionarios judiciales, de las fuerzas de seguridad y del Poder Ejecutivo Nacional”.
Cuando se refiere al juez De Campos y a la fiscal Fein, Taiano afirma: “La desidia con la que actuaron los magistrados impactó de manera directa en el curso de la investigación del homicidio del doctor Nisman e impidió aprovechar al máximo la recolección de evidencias en la escena del crimen. Ellos debían garantizar que el procedimiento inicial se llevara a cabo de acuerdo a las leyes y reglamentaciones”.
Una evidencia del desastre: aunque Nisman vivía allí, en el departamento no hallaron una sola huella del fiscal.
En cambio, sí apareció una huella digital de uno de los prefectos que estaba a cargo de preservar el lugar.
Es decir: los investigadores no sólo no encontraron huellas de los potenciales asesinos, sino que dejaron las suyas.
El descontrol de los que debían cuidar el lugar fue definido por el perito Osvaldo Raffo, acaso el forense más respetado en la historia del Cuerpo Médico Forense de la Corte, como la acción de «una manada de búfalos».
Otro ejemplo de que ningún cordón de seguridad funcionó, ni adentro ni afuera del departamento de Nisman: un vecino que vivía en la misma torre del fiscal asesinado declaró que llegó a las 0.30 -dos horas después de que hallaran el cuerpo de Nisman- y que subió hasta su departamento como si fuera un día normal.
Nadie lo paró en la planta baja ni en los ascensores; ni le preguntó quién era ni dónde iba.
Lo mismo un invitado que a la 1.30 salió del departamento de una amiga, donde había ido a cenar, en la misma torre de Nisman. Bajó por el ascensor principal y atravesó un ejército de funcionarios, policías, prefectos y periodistas sin que nadie le dijera nada.
Si a uno de los asesinos de Nisman se le hubiese caído el DNI mientras huía por las escaleras de servicio -donde no había cámaras-, habría podido volver a buscarlo y salir tranquilamente sin llamar la atención.
¿Eso fue puro descuido?
El prefecto Horacio Aranda, que debía preservar el dormitorio de Nisman, declaró: «Me fue imposible evitar que funcionarios políticos y de otras fuerzas de seguridad accedieran al dormitorio principal«.
El cuerpo estaba dentro del baño en suite de ese cuarto.
Cuando habla de funcionarios políticos se refiere principalmente a Sergio Berni, entonces secretario de Seguridad del gobierno de Cristina Kirchner.
Cuando declaró como testigo sobre aquella noche, Berni le dijo a la fiscal Fein que había hablado sólo dos veces con la Presidenta. Una cuando iba en camino hacia el departamento del fiscal y la otra cuando confirmó en el lugar que Nisman estaba muerto.
Pero las pericias sobre los cruces telefónicos que figuran en el expediente determinaron luego que llamó a Cristina 11 veces más que las que él admitió. Y que Cristina Kirchner lo llamó a él 18 veces durante la misma madrugada.
Cinco de esas 31 comunicaciones sucedieron en un lapso de dos horas y mientras Berni estaba caminando por el departamento de Nisman.
Según el fiscal Taiano, mientras caminaba por el departamento, Berni tenía las zapatillas con barro.
En esa escena del crimen se vio cómo limpiaban la sangre de la pistola utilizada para matar a Nisman con un pedazo de papel higiénico, con gente sentada en la cama de Nisman y otros en el sillón del living.
La investigación por el crimen de Nisman se encamina ahora hacia los servicios de Inteligencia del Ejército que comandaba en ese momento el general César Milani.
Fuentes del caso dijeron a Clarín que las primeras diez citaciones a los oficiales de Inteligencia ya fueron emitidas esta semana. En total serán convocados más de 90 militares y Personal de Inteligencia Civil del Ejército (PCI).
La ex fiscal Viviana Fein, ahora imputada por el caso, declaró que ella fue apartada de la investigación «cuando empecé a investigar a los servicios de Inteligencia».
Mirá también
Mirá también
Nisman, punto por punto: cómo hicieron para matar al fiscal y por dónde pudieron salir los asesinos
Mirá también
Mirá también