El jueves pasado el Senado de la Nación sancionó la Ley de Financiamiento Universitario, que actualiza las partidas presupuestarias para cubrir gastos de funcionamiento, docencia investigación, extensión en las universidades e incluye una recomposición para docentes y no docentes.
De esta manera, el presidente Javier Milei había anunciado, un día después, que vetaría la norma. Y así lo hizo:
Ante el anuncio del veto, la Federación Argentina del Trabajador de las Universidades Nacionales (FATUN) y los sindicatos ADUBA (docentes) y APUBA (no docentes) de la Universidad de Buenos Aires (UBA) convocaron a un paro para el jueves 26 de septiembre.
Además, los sindicatos anunciaron la posibilidad de nuevas medidas, incluyendo una marcha nacional para el 2 de octubre, en caso de que el veto se haga efectivo.
Cuál es el cálculo de Milei para las universidades
En el cálculo presupuestario que presentó el presidente Javier Milei el domingo en el Congreso, se definió que destinará $3,8 billones a las universidades nacionales mientras que el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) exige $7,2 billones.
Las universidades consideran como un recorte grave, y del cual no se podrá cumplir con:
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el 0.2% del presupuesto que en el 2005 dictó la Ley de educación técnica
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el 6 por ciento del PBI que en el 2006 incluye la Ley de financiamiento educativo
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el 0.45 que la Ley de financiamiento de ciencia preveía para 2025
Así lo decía Daniel Filmus, exministro de Educación, Ciencia y Tecnología.
Milei no incluye los salarios en el bajo presupuesto a las universidades
Víctor Moriñigo, presidente del CIN y rector de la Universidad Nacional de San Luis, expresa que pudieron acceder al presupuesto y decía:
«Pudimos acceder a las planillas y hacer un análisis pormenorizado y advertimos que hay una diferencia enorme y se explica porque básicamente el Gobierno no contempla la recuperación de los salarios».
Según Moriñigo, «no hay intención cierta de recomponer los salarios docentes y no docentes para al menos igualar la situación de pérdida frente a la inflación. La única certeza que surge de este presupuesto es que los docentes y no docentes en 2025 van a tener los mismos salarios que hoy, ni siquiera se contempla la inflación, que se estimó del 18%».