Al momento de salir a comprar una notebook para estudiar, trabajar desde casa, o bien para llevar en la mochila a la oficina o a la facultad, comienza el problema. Cada modelo está acompañado de un sinfín de características y detalles que abruman. Números seguidos por letras en una lista interminable que cansa hasta al más entusiasta.
Sin embargo, y con la seguridad de acertar en la elección del modelo adecuado, lo mejor es centrarse en cuatro elementos: tamaño de pantalla, marca y modelo de procesador, cantidad de memoria RAM y tipo de disco de almacenamiento. Claro que los puertos de conexión, sonido y varios detalles más también son importantes, pero sin dudas secundarios.
En cuanto a las medidas, las de 17 pulgadas ocupan el rango de mayor volumen. En el otro extremo, las de menor talle, arrancan en las 11 pulgadas. La zona intermedia está poblada por equipos de 14 a 15,6 pulgadas.
Está claro que, las más chicas priorizan la facilidad de movilidad (por peso y tamaño), y las más grandes ganan en rendimiento y están más pensadas para permanecer siempre sobre el mismo escritorio. Por su versatilidad, las que van de las 15 pulgadas a las 15,6 son las más vendidas. De lo que se ofrece en el mercado local, un cuarto de los modelos corresponde a este tamaño.
Hay que tener en cuenta que cualquiera de estas portátiles puede ampliar su perspectiva si se la enchufa a un monitor mediante el puerto HDMI o VGA, el clásico conector de color azul.
El procesador es la pieza más importante de la computadora. Regula el consumo de energía y gestiona las instrucciones de todas las operaciones que se ejecutan, desde las más exigentes hasta las básicas.
En el caso de los de marca Intel, se pueden encontrar en las góndolas argentinas procesadores Celeron y Core. Dentro de este último modelo aparecen las mejores opciones para una estación de trabajo.
Se dividen en Core i3, i5, i7, i9. Y cuánto la cifra es más alta, claro, el precio es mayor. El i3 es para tareas básicas: redes sociales, Office y un poco más. Con este alcanza muy bien entonces para el trabajo cotidiano. Pero si es i5, claro, mejor.
Para identificar la antigüedad del procesador hay que observar a qué familia pertenece. Las generaciones de Intel que más aparecen más en el país son la 12 y la 13, y hay mucho 11. Y en AMD la 6 y la 7, pero todavía hay modelos cuyos procesadores tienen mucha antigüedad. A generación más alta, el producto es más nuevo.
Siguiendo con AMD, el asunto es similar. Hay básicamente tres series: A, Athlon y Ryzen. Los Athlon casi duplican el poder de procesamiento de la serie A, y a partir de los Ryzen empieza el muy alto rendimiento.
A la hora de pensar en un equipo para trabajo de oficina, desde la empresa recomiendan enfocarse desde Athlon hacia arriba. Los Ryzen se dividen en 3,5,7 y 9. Para hacer teletrabajo están más que bien los Ryzen.
El sistema operativo utiliza la memoria RAM para almacenar datos e instrucciones de aplicaciones que se encuentran en ejecución, pero solo de manera temporal, para no agotar los recursos del procesador.
Los softwares tienden a emplear mayor cantidad de memoria RAM a medida que aumentan su complejidad. Lo que implica que cuanta más memoria hospede el sistema, más programas se pueden manejar de manera simultánea.
La memoria RAM es crucial para realizar múltiples tareas de manera eficiente. Si bien 4 GB es el mínimo aceptable, se recomienda optar por una configuración base de 8 GB para permitir un mayor rendimiento y capacidad de respuesta.
La otra pieza que consigue un notable aumento en el desempeño del sistema son los discos de almacenamiento de estado sólido (SSD). Su secreto es que, al carecer de piezas móviles (son memorias Flash) necesitan menos electricidad, lo que permite reducir varios grados de temperatura.
Además, resisten mucho mejor las caídas, las sacudidas, los golpes y el desgaste cotidiano, por lo cual, las probabilidades de perder datos son mucho menores.
Hasta hace unos años, estos discos eran mucho más caros que los tradicionales mecánicos, con lo cual las portátiles base no los incluían. Ahora las notebooks de buen precio, si vienen con SSD. Lo recomendable es que tenga al menos 256 GB.
Los mécanicos son más recomendables para realizar backups. Pero los SSD son los ideales para las tareas cotidianas de una notebook.
Seis modelos de 15,6 pulgadas con buen procesador y disco de estado sólido.
Acer Aspire a325-42
Con una pantalla de 15,6 pulgadas y Windows 11 Home, viene con un procesador Ryzen 7 7730u y 16 GB de RAM. Suma un SSD de 512 GB. Con puertos USB, HDMI, Wi-Fi, Bluetooth y salida para auriculares. Se consigue a $ 983.999.
Banghó Max L5 i5
Procesador Intel Core i5 1235U y 8 GB de RAM. Pantalla de 15,6” HD (1366 x 7689) y gráficos Intel. Almacenamiento SSD de 512 GB y Windows 11 Home. Dos puertos USB 2.0, uno 3.2 Gen 2 y uno tipo-C. Suma una entrada HDMI. $ 1.099.999.
HP Ryzen 5 7520U FHD Touch
Se destaca por su pantalla táctil de 15,6” y buena resolución HD (1366 x 768). Procesador AMD Ryzen 5 7520U y gráficos AMD Radeon Graphics. Con memoria de 8 GB y almacenamiento SSD de 512 GB. Cuatro puertos USB y uno HDMI. Esta HP se vende a $ 1.270.000.
Asus Vivobook Core i5-1235U
Se mueve con un procesador Intel Core i5-1235U (12ª generación) y suma una memoria RAM de 8 GB (posee slot libre). Gráficos Intel Iris Xe Graphics. Viene con un disco SSD de 256 GB PCI Express 4.0. La pantalla es de 15.6″ Full HD (1920 x 1080). Cuatro entradas USB (una de ellas tipo C) y una entrada HDMI. Windows 11 Home. $ 929.999.
Dell Inspiron 3520 15,6” Black
Procesador Intel Core i5-1155G7,con pantalla de 15,6 pulgadas y gráficos Intel. Además, 8 GB de RAM DDR4 de 3200 Mhz, disco de almacenamiento SSD de 512 GB y Windows 11. $ 1.290.000.
Lenovo Ip Slim 315
Procesador Intel Core i5-12450H, con gráficos integrados del mismo fabricante. Memoria de 8 GB y SSD de 512.Pantalla de 15,6 pulgadas FHD (1920 x 1080) y Windows 11 Home. $ 1.221.619.
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