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domingo, julio 6, 2025

Viudas negras: una modalidad que no para de crecer y suma víctimas fatales

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La Policía de la Ciudad logró desarticular una célula de una organización delictiva dedicada al robo mediante el uso de sedantes, tras una serie de allanamientos realizados en las localidades bonaerenses de Llavallol, Remedios de Escalada y Lomas de Zamora. Los procedimientos permitieron la detención de dos personas –un hombre de 47 años y una mujer de 38– y el secuestro de dispositivos electrónicos, historias clínicas falsificadas y medicamentos como clonazepam, usado para sedar a las víctimas sin su conocimiento.

La investigación se inició en enero de este año, luego de que un ingeniero de 46 años denunciara haber sido drogado y despojado de sus bienes en su departamento de Palermo. A partir del análisis de cámaras de seguridad, registros de aplicaciones de transporte, comunicaciones telefónicas y redes sociales, los investigadores reconstruyeron el circuito delictivo y vincularon a los detenidos con otros casos ocurridos en la Comuna 14.

El esquema estaba cuidadosamente planificado: Juliana J., que se hacía llamar “Agustina”, se encargaba de seducir a las víctimas, coordinar encuentros a través de aplicaciones como Tinder y administrar sustancias para reducirlas. Débora J. confeccionaba recetas médicas falsas y organizaba la logística del robo, y Diego M. se encargaba del transporte y la reducción de los bienes sustraídos. Durante los últimos allanamientos, se incautaron diez celulares, dos notebooks, una tablet, un DVR con capacidad de almacenamiento de imágenes y un CPU con archivos clave, entre ellos “comunicaciones entre los integrantes de la banda, registros de transferencias y capturas de conversaciones con potenciales víctimas”, según confirmaron fuentes judiciales.

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Juliana J., de 20 años, fue detenida en febrero pasado. Es la que supuestamente sedujo al ingeniero y le robó 23.600 dólares, dos notebooks, un iPhone, lentes Gucci y champagne importado. Lo había contactado por Tinder. El encuentro terminó con la víctima inconsciente y el departamento prácticamente vaciado.

La acusada fue procesada con prisión preventiva y hasta le trabaron un embargo de 30 millones de pesos. El avance de la investigación permitió establecer que Juliana tenía vínculos con la red ahora desbaratada en el Conurbano, lo que permitió trazar una línea directa entre los distintos operativos.

La sospecha es que Agustina trabajaba bajo las órdenes de Débora y que el robo que sufrió el ingeniero no fue el primero ni el último. De hecho, los investigadores pudieron determinar que la organización habría actuado en otro ataque bajo la misma modalidad en la localidad bonaerense de San Fernando.

Más violencia, más muertes. En lo que va del año, al menos dos víctimas murieron como consecuencia de este tipo de ataques. El primero de los casos ocurrió en Montserrat, donde un hombre de 38 años fue hallado sin vida en su departamento luego de asistir a una peña folclórica. La noche comenzó en un local ubicado sobre avenida Rivadavia al 2100, donde la víctima y un amigo conocieron a dos mujeres de entre 25 y 30 años. Tras compartir tragos y charlas, decidieron continuar el encuentro en el domicilio de uno de ellos, en Solís al 300.

Horas después, el sobreviviente despertó desorientado y notó que el lugar estaba revuelto. Al buscar a su amigo, lo encontró inconsciente en el piso. Llamó de inmediato al 911, pero el SAME constató que el hombre ya había fallecido. Según el informe preliminar, la autopsia reveló edema cerebral, hemorragia y congestión pulmonar, signos compatibles con intoxicación por psicotrópicos.

El segundo caso, ocurrido en Lanús Oeste, tuvo como víctima a Jorge Costa, un jubilado de 77 años. En febrero, Costa se encontró con una mujer de nacionalidad uruguaya, Arita Diana C., a quien había conocido previamente y con quien compartió una cena antes de regresar a su vivienda en Villa Diamante. Las cámaras de seguridad muestran a la mujer entrando al edificio cerca de las 22.17 y saliendo sola dos horas después, cargando dos bolsos. La víctima fue hallada al día siguiente por su hijo, inconsciente y con signos de sedación. Fue trasladado al Hospital Evita, donde murió poco después.

La fiscalía local ordenó la detención de la sospechosa, quien fue capturada en Quilmes. En su domicilio encontraron pertenencias de la víctima: un celular, un reloj y el televisor robado. Las pericias confirmaron la presencia de sustancias compatibles con ansiolíticos en el cuerpo del jubilado.

Estos episodios encendieron las alarmas no solo a nivel judicial sino también diplomático. El 20 de junio, la Embajada de Estados Unidos en Argentina emitió un comunicado inusual, advirtiendo a sus ciudadanos sobre el aumento de delitos cometidos por “viudas negras”. La advertencia fue clara: evitar aceptar bebidas de desconocidos, no reunirse en espacios privados con personas contactadas por redes y notificar al consulado en caso de encuentros sospechosos.

La alerta internacional confirmó lo que la Justicia ya advertía: el fenómeno no solo se expande, sino que se profesionaliza, con estructuras que incluyen captación de víctimas, falsificación de documentación, provisión de psicotrópicos y blanqueo de objetos robados. En muchos casos, las víctimas son turistas extranjeros con alto poder adquisitivo.

Los investigadores sostienen que el uso de redes sociales y apps de citas facilita el accionar de las bandas. “La naturalización del contacto con desconocidos y el ambiente informal de las citas favorecen el engaño y la administración de sedantes sin resistencia”, explicó un perito interviniente. A su vez, el uso de recetas médicas falsas permite el transporte de medicamentos controlados sin levantar sospechas.

Cámaras, Uber y celulares

R.P.

“Agustina” fue identificada y arrestada en febrero pasado gracias a un extenuante trabajo que incluyó el análisis de las cámaras privadas y del Centro de Monitoreo de la Ciudad, pedidos a UBER para establecer los viajes solicitados en la zona donde ocurrieron los hechos y varias declaraciones testimoniales.

A partir de su detención, la investigación avanzó hacia el resto de los implicados gracias a un peritaje realizado a su teléfono celular.

En base a los datos obtenidos, los investigadores identificaron a una mujer que cumpliría la función de “regentear” a la “viuda negra”. Era la que le daba las indicaciones de los elementos a sustraer, la cantidad de gotas de clonazepam a suministrar y la persona a la que Agustina le enviaba fotos de las tarjetas de sus víctimas para que pudieran usarlas mientras ella lo seducía. Se llama Abigail. Y está prófuga.

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