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domingo, julio 27, 2025

La solución Milei: romper todo (lo que funciona y lo que no)

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“Vos estás generando un sinceramiento de la economía. Estás yendo hacia una economía libre. Entonces, todos los sectores que estaban protegidos, subvencionados—los que vivían de los demás sin competir—bueno, esos van a tener que reconvertirse. Es parte de la vida. No hay marcha atrás con eso. Acá se compite. El que hace bien las cosas, le va bien. El que no hace bien las cosas, quiebra” dijo Milei en una reciente entrevista, relatando las supuestas bondades de la apertura sin límites ni planificación. Como hizo Martínez de Hoz e ilustraba la famosa publicidad de la silla de producción nacional que se rompía, el gobierno apela al argumento de la ineficiencia y la protección desmesurada como solución a los problemas de la producción. Y como sucedió en aquel momento, la lógica es la de “romper todo”, es decir, baja de aranceles acelerada y sin planificación ni mejora de la productividad, reconversión sin financiamiento, ausencia de políticas de mejora de la competitividad y beneficios exagerados para “traer de afuera” (incluida la eliminación de medidas antidumping) inclinando la cancha contra la producción local, lo que consolida un modelo de país con poco empleo e industria, pero abierto al mundo.

Bajo esta premisa, y desde que asumió en 2023, el gobierno implementó:

· Baja de aranceles: para más de 1.000 productos, entre ellos hornos, ascensores, maquinaria de fabricación de helados, bombas centrifugas, celulares, ropa y calzado, telas, perfiles y laminados de acero, moldes industriales, motos, bicicletas, neumáticos, café, energizantes. Desodorantes, cremas solares y de afeitar, ventiladores, calefactores, cafeteras, pavas eléctricas. Luminarias LED, máquinas, partes, hornos industriales, motores, moldes, instrumentos ópticos y de ensayo, anteojos de sol, garrafas, latas alimenticias y hasta urnas funerarias

· Fin de licencias no automáticas

· Apreciación cambiaria: que implica costo local en dólares (por ejemplo, combustibles) pero ingresos alicaídos en pesos

· RIGI: liberación de aranceles para importaciones de bienes de capital nuevos y usados, pero insumos para la producción de local con aranceles.

· Fin del impuesto PAIS para la compra en bienes del exterior

· Elevación del límite para compras en el exterior por Courier (Amazon, Temu, Shein)

· Desregulación a la importación de alimentos, que ingresan sin intervención de ANMAT

· Facilitación de los trámites de importación de bienes de capital usados

· Facilitación de la importación y registro de vehículos para particulares

· Fin del control aduanero del etiquetado de textiles y calzado

· Fin reglamentos técnicos (por ejemplo, para importación de bicicletas}

· Medidas antidumping eliminadas o modificadas, como los casos de termos, productos químicos, radiadores de aluminio, resinas de poliéster, tejidos de denim, papel de aluminio, etc.

Frente a este conjunto de decisiones, la evolución de importaciones mostró un incremento sensible: el acumulado del primer semestre de 2025 alcanzó USD 36.954 millones, representando un aumento interanual de 34,6%. La contracara: uso de capacidad instalada estancado, en promedio, en 55%.

Los sectores afectados

Pero, para darle precisión al analizar del trade off entre industria y apertura importadora, hay que analizar el uso de las importaciones. Si los datos muestran un incremento de bienes intermedios, es decir, insumos para la producción, el incremento importador podría ir acompañado de una mejora en la producción local industrial. Pero ¿Qué pasa si el son los bienes de consumo final los que impulsan las importaciones? El efecto es el inverso: reemplazan a la producción local. Por eso, para un buen proxy del modelo económico es útil mirar la evolución de importaciones por uso económico.

Y ¿qué pasó con Milei? En el primer semestre de 2025, las importaciones de bienes intermedios cayeron 18,3% respecto a 2023 y las de bienes de consumo final crecieron 32,3% respecto al mismo año (+73,5% vs 2024). Datos, no relato.

Importaciones de bienes de consumo. En los medios de comunicación se repiten noticias que llaman la atención porque refieren a producciones otrora viables en nuestro país: asado y cerdo de Brasil, Paraguay o Uruguay, fideos de Albania, pulpa de tomate de Chile, vino a granel de España, Chile, Portugal o Israel, peras de China, yerba mate de Brasil y Paraguay, electrodomésticos e indumentaria de China.

Los datos son brutales: las importaciones de bienes de consumo (en precios CIF, con seguro y flete) promediaron los USD 878 millones mensuales durante el primer semestre del año (alza de 32,4% vs promedio del mismo período de 2023). El 60% de ellas las explican productos alimenticios (17,2%), seguido de farmacéuticos (12,7%), marroquinería – productos de cuero – (10,0%), jabonería, pinturería y plaguicidas (9,9%) y electrodomésticos (8,9%).

¿De qué productos estamos hablando?

– electrodomésticos, baterías y lámparas (+254,0% vs 2023 y +355,4% vs 2024)

– motos, bicicletas y otros equipos de transporte (+79,1% vs 2023 y +149,9% vs 2024)

– productos alimenticios (+42,4% vs 2023 y +84,6% vs 2024)

– prendas de vestir (+38,9% vs 2023 y +89,2% vs 2024)

– marroquinería (+28,1% vs 2023 y +68,0% vs 2024)

Dentro de los productos alimenticios se destacan:

– fideos y pastas (+317,1% vs 2023 y +342,4% vs 2024)

– carnes frescas y en conserva -sobre todo carne porcina y bovina- (+192,1% vs 2023 y +660,3% vs 2024).

– aceites y grasas (+83,1% vs 2023 y +128,9% vs 2024)

– Productos de panadería (+58,9% vs 2023 y +106,7% vs 2024).

¿Nada de esto puede hacer la Argentina?

¿Cuenta Corriente deficitaria porque se apuesta a la producción en Argentina? Hace un mes, el director del Banco Central Federico Furiase sostuvo que “El deterioro de la cuenta corriente del Balance de Pagos es la contrapartida del crecimiento económico motorizado en parte por la expansión de las importaciones de bienes de capital, que aumentarán la productividad”. Es decir, no hay nada de qué preocuparse porque la inversión en bienes de capital incrementará la producción a precios competitivos y, por lo tanto, logrará financiar a la Argentina. Es decir, hay una apuesta por la producción nacional, pero comprando maquinas afuera.

La realidad dice otra cosa: Milei rompió todo también en este aspecto. Hay récord de la importación de bienes de capital porque es la contracara de la caída fenomenal de la producción de bienes de capital local y la destrucción del aparato productivo nacional. En el primer trimestre de 2025, el dato de formación bruta de capital fijo publicado por INDEC muestra un incremento de 27,5% en maquinarias importadas en relación al primer trimestre de 2023. La contracara es la caída de la producción nacional: ese mismo indicador muestra que la maquinaria nacional retrajo su producción en 19,8%.

Un daño irreparable

 Milei la industria ha sufrido la tormenta perfecta: en los primeros meses de la gestión, la caída de las ventas y el tarifazo afectaron sensiblemente la producción. Desde 2025, se sumó con fuerza la apertura importadora. El efecto en industria fue contundente: -30.163 puesto de trabajo y 1.510 empresas menos entre noviembre 2023 a abril de 2025, y con magras expectativas.

El debate entre los que sostienen que hay que proteger todo, los que quieren abrir todo inmediatamente tiene historia. Incluso se suman los “Corea del Centro”, que tratan de quedar bien con ambos. Es evidente que la protección desmedida y sostenida en el tiempo termina condicionando la mejora en la productividad, pero eso se resuelve planificando el desarrollo y su financiamiento. No rompiendo todo.

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