La divisa escaló más de un 13 % en julio, tensionando el esquema de bandas cambiarias del Gobierno. Mientras Caputo culpa al “riesgo kuka”, los analistas advierten que el mercado ya no cree en la estabilidad del plan económico.
Crujidos al interior del modelo
El dólar oficial volvió a subir con fuerza y se ubicó este miércoles en $1.380 en su cotización minorista y $1.374 en el segmento mayorista, marcando un nuevo récord nominal. La suba mensual alcanzó el 13 %, y el tipo de cambio se acercó peligrosamente al techo de la banda cambiaria fijada por el Gobierno en $1.449.
El aumento refleja la falta de confianza del mercado en la estrategia económica del oficialismo, y ocurre a pesar de las elevadas tasas de interés en pesos. Analistas del mercado aseguran que las herramientas actuales ya no alcanzan para contener la presión sobre el dólar.
La combinación de una oferta de divisas debilitada —por una menor liquidación del agro— y una fuerte demanda especulativa, impulsó la cotización en los últimos días de julio. El economista Federico Glustein, del CEPEC, advirtió: “Aunque se ofrezcan tasas súper positivas por encima de la inflación, el mercado no ve horizonte y se va al dólar. No hay confianza”.
A su vez, los contratos de dólar futuro para diciembre ya superan los $1.526, anticipando un desborde por encima de la banda establecida por el equipo económico, lo que alimenta aún más la expectativa de devaluación.
Patear la pelota afuera
Frente al temblor cambiario, el ministro de Economía, Luis Caputo, atribuyó el fenómeno al llamado “riesgo kuka”, en referencia a una eventual recuperación electoral del kirchnerismo en las legislativas de octubre: “Este repunte se explica por el riesgo político. Es esperable que algunos busquen cubrirse. Pero no es nada que nos preocupe”, declaró.
Caputo también adelantó que el reciente acuerdo con el FMI será bien recibido por el mercado. La primera revisión del programa fue superada, y se espera un desembolso inmediato de USD 2.000 millones.
Por su parte, el presidente echó culpas a Villarruel, sosteniendo: “La traidora dio lugar a una sesión ilegal para que nos rompan el equilibrio fiscal. Eso generó ruido y habilitó una corrida, un ataque especulativo”
Pese a la confianza oficial, los mercados no convalidan el escenario. Lorena Giorno, economista de Equilibra, señaló: “Si el mercado cree que el techo de la banda se mantiene hasta las elecciones, es lógico que haga carry trade. Pero si duda, se dolariza. Y eso está pasando”.
El problema central, según analistas, es que la política de flotación administrada que diseñó el Gobierno en abril, con devaluaciones mensuales programadas y un techo nominal, ya no tiene credibilidad suficiente para contener expectativas.
¿Se desarma el plan económico?
Con la suba del dólar y la caída de reservas netas, se cuestiona la sostenibilidad del plan económico de Milei. La dinámica de julio —con inflación reprimida, tarifas contenidas y dólar en alza— pone en jaque los pilares del equilibrio fiscal y la estabilidad monetaria que el Ejecutivo promete.
Además, la fragilidad del acuerdo con el FMI, que tuvo que flexibilizar las metas de acumulación de reservas, sugiere que el fondo también duda del margen de maniobra real del Gobierno.
Claves del momento económico
Indicador | Valor o situación actual |
Cotización dólar oficial | $1.380 (minorista) / $1.374 (mayorista) |
Suba mensual (julio) | +13 % |
Techo de la banda cambiaria | $1.449 (pactado en abril) |
Dólar futuro diciembre | +$1.526 (por encima de la banda) |
Tasa mensual en pesos | 33 % (super tasa de cauciones) |
Riesgo país | 2.340 puntos (estable pero alto) |
¿Qué puede pasar ahora?
La llegada de fondos del FMI podría darle algo de oxígeno al Gobierno, pero el riesgo electoral y la falta de señales claras sobre el rumbo económico a mediano plazo mantienen al dólar en el centro de las preocupaciones.
Sin señales de desaceleración inflacionaria sólidas, el mercado duda de que el programa económico resista hasta fin de año sin nuevas correcciones de fondo.
La escalada del dólar refleja algo más profundo que un ajuste técnico: es el síntoma de una economía sin ancla creíble, atrapada entre la inercia inflacionaria, el ajuste fiscal y una creciente incertidumbre política. Mientras Milei insiste en minimizar el conflicto, el mercado parece estar dando su veredicto por anticipado.