El cambio de condiciones macro, con un dólar relativamente más estable en el primer semestre del año y a partir de la apertura del cepo, traccionó para que los productores del agro tomen cada vez más préstamos en dólares para financiar sus campañas. El 80% de los préstamos para ese sector que se colocaron en la primera parte de 2025 se hicieron en moneda extranjera y la perspectiva es que, a pesar de la volatilidad del mes pasado, la tendencia continúe hasta fin de año.
Los datos surgen del primer Informe Nera, realizado por una plataforma multibanco enfocada en al financiación del agro., que analiza las decisiones financieras del productor, y muestra cuáles son las tendencias clave para la financiación del capital de trabajo en el campo.
Dentro de esta plataforma conviven cuatro entidades financieras: dos de los bancos privados más grandes del país, como son el Galicia y el Santander, junto al Banco Comafi y el Banco del Sol. Esta agtech ofrece las líneas de créditos de estas cuatro entidades que le sirven a los productores para pagar en forma digital insumos, hacienda e implementos agrícolas a más de 1.800 proveedores.
El campo es un jugador clave para la generación de dólares en la economía. Pero su actividad necesita fuerte financiamiento: se calcula que el agro destinó cerca de US$ 15.000 millones para pagar la campaña de 2023 y 2024. Si se miran los principales cultivos, los productores eligen financiar su actividad con capital de terceros. Y, al igual que lo ocurría en el resto de la economía, el financiamiento bancario venía muy rezagado en este frente: mientras existen cerca de 250 mil explotaciones agropecuarias en el país, apenas 21 mil productores tomaron créditos en un banco, según datos del BCRA.
Sin embargo, el cambio de la política monetaria en los últimos doce meses y la vuelta de las entidades a «trabajar de bancos» y colocar créditos hicieron que en el primer semestre de este año el financiamiento bancario aumentase más de 140% con respecto a lo que se había visto en la primera parte de 2024. Esta tendencia se ve reflejada en los números que reporta Nera: desde su creación en 2023 esta plataforma lleva colocados más de US$ 1.700 millones y planea otorgar otros US$ 1.000 millones en préstamos para este año.
A pesar del reciente apretón monetario por parte del Banco Central, la mayoría de los préstamos en dólares se colocan a tasa cero. Los productores necesitan el capital para financiar la cosecha futura, por lo que la vide de estos préstamos se estira más allá de los 12 meses.
Los contratos de comercialización de cereales y oleaginosas son otra estrategia de financiación que utiliza el productor como garantía para tomar créditos. Se trata de un acuerdo de venta anticipada o “forward” cedido a la entidad financiera donde se compromete a modo de pago un volumen de su producción a entregar en un plazo determinado.
En 2024 Nera logró evolucionar este tipo de financiación, digitalizando el proceso punta a punta a través de “Crédito Grano Futuro” para transformar los activos físicos en activos financieros. Durante el período 2024/2025 se originaron créditos de este tipo por más de 330 mil toneladas, el equivalente a unos 11 mil camiones puestos como garantía de financiamiento.
En un contexto donde los commodities vienen operando sobre valores bajos, tomar estas líneas con precio abierto es una opción para mejorar los márgenes hacia la cosecha, por eso el 80% de los contratos fueron con “precio a fijar”. Soja y maíz fueron los cultivos más utilizados como respaldo en estas operaciones.
“Vemos una marcada profesionalización financiera del productor agropecuario. No sólo crece la demanda de crédito, sino también su sofisticación: más operaciones en dólares, con respaldo en granos, y con visión de mediano plazo”, apuntó Marcos Herbin, CEO de Nera.